martes, 31 de enero de 2017

Una Semana

Este texto va a estar escrito de una manera punzante y poco estética.

Esta vez me tocó a mí tomar las decisiones fuertes. Siempre fui el que aceptó todo lo que pasaba alrededor, quejándome pero quedándome. A partir de ahora tengo la obligación de demostrarme a mí mismo que puedo patear el tablero. Una vez que yo lo note, lo van a notar los demás.

¿Le va a importar notarlo? No, porque nuevamente disfruta de reposar en una nube que le brindan compañías pasajeras, que van a estar un tiempo y van a desaparecer como desaparecieron tantas personas.

Ya pasó uno, y van a pasar tantos...

No voy a ser más el que está siempre. Es hora de que los demás también sientan lo que es la soledad mental. Porque solo no está nadie, en realidad. Pero cuando te sentís solo ahí arriba, en la cabeza, te da lo mismo que haya diez personas alrededor preguntándote qué te pasa. Si no tenés eso que necesitás, no tenés nada.

Moralistas abstenerse. Que la familia, que los amigos. No me importa.

Y así es como va a caer un día en que su compañía pasajera terminó nuevamente, pero el respaldo incondicional que tenía desde siempre y que no terminó de valorar nunca se esfumó.

Porque no es una semana, es permanente. Pero no quise armar escándalos.

Leelo cuando lo encuentres, y espero que no estés sola cuando caigas por error acá.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario