domingo, 3 de junio de 2018

Energía

A diario me encuentro reflexionando sobre un dilema natural (algunos días más que otros): ¿Por qué sigo gastando energía en una persona que me quiere evitar?
Bueno, existen algunos motivos. No todos tienen que ver con la persona en sí.
Por un lado me interesa reivindicar una pésima imagen que tuve y, al parecer, aún tengo. Es realmente estúpido poner empeño en algo así, porque podría no dar resultados nunca por más energía que se invierta. ¿Pero qué otra cosa se puede hacer?
Sería más sencillo bajarse del barco y dedicarse a otra cosa, pero tantos intentos fallidos ya dejaron en claro que la salida no es esa. ¿Hay salida? No estoy seguro. Quizás no sea yo el que marque la ruta de mi propio viaje.
Hay muchos sentimientos contradictorios en el día a día, que se suman a la hipocresía de hacer que el otro te sirva hasta el límite que uno marque. Puede ser cruel e insensible, pero se torna parte de una realidad rutinaria. Poner a prueba a la otra persona; que tenés que cambiar esto, que venías bien pero la cagaste, que voy a ignorar tus pedidos otra vez porque así te lo buscaste.
Todo se puede tornar bastante oscuro si nos ponemos a rasgar las capas de una relación normal. Pero supongo que detrás de todas ellas, nos gusta ser basureados un poco.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario