El Tornado

"No se puede decir con exactitud cuál fue el momento en el que el ser humano pisó la tierra. Pero sí se puede afirmar con total seguridad que, desde ese momento, sólo se empeñó en arruinarla", escuchaste decir a un tipo que transmitía al resto un clima de sabiduría y razón. Pero tus ideas no caían fácilmente en frases hechas o eslóganes de Greenpeace. Vos aprendiste en el camino y desde entonces todos supieron de qué lado estabas. Desde la otra punta de la habitación lo miraste y las posturas se evidenciaban. El ser humano no sólo arruinó al planeta, se arruinó a si mismo.

Deshielo

La mentira es en verdad, indiferencia

El escape al ida y vuelta del tornado.

Centro de la utópica beneficencia

A la que alguien sin señal habrá llamado.

Mi visión no entiende de zetas ni almohadas

Es berreta, complicada…

Huyamos de este sueño,

¡Empezá a correr!

¿De qué lado estás?

Te lo advertimos. La batalla podía comenzar en cualquier momento y debías apurar tu decisión. Pero aún así, cuando las campanas del desastre retumbaron en tus tímpanos, la situación te tomó por sorpresa. Los nervios te jugaron una mala pasada y el momento clave se acercaba. La duda consumió tu tiempo y el tiempo te consumió a vos. Nada fue a favor tuyo.

Sara y la Tormenta

Sara no entendía a las personas que disfrutaban de una caminata bajo la lluvia. Adolescentes en la vereda con sus paraguas y sus botas, estallando de risa mientras corrían, saltaban los charcos y caían en la trampa de alguna baldosa floja, sólo para luego levantarse y seguir riendo. Era detestable, sin duda. Sólo un loco podría pasarla bien en ese infierno. Su jefe la llamó y Sara sacó su vista de la ventana de la oficina. Ya era hora de volver a casa.

Era como estar muerto...

 “Era como estar sumergido en la nada misma, como estar encerrado en el lugar más libre del mundo, como estar libre en una jaula. Era como estar muerto. Mirara a donde mirara un paisaje negro me seguía, no se podía ver una mínima luz, un relieve, un horizonte, una pared o una línea. Ni siquiera podía ver el suelo, podría haber estado flotando o caminando, era imposible saberlo. Era como tener los ojos cerrados, o como estar ciego. Quizás haya estado ciego, no lo descarto.

FIFA 15: ¿Víctima del handicap o mal perdedor? (CUENTO)

¿Handicap?

No estaba entre tus planes tener problemas con el descenso esta temporada. Aunque es cierto que en la temporada anterior sacaste 13 de los 14 puntos necesarios para mantenerte en División 1, por lo que ibas a tener que pasar algunas horas en segunda para volver a la élite, al lugar donde juegan los mejores, el lugar que sin dudas te pertenece. Pero tu equipo es muy bueno y vos también. Llevás más de 4 títulos con ellos y la diferencia entre victorias y derrotas es abismal.

¿El ave o la jaula?

Te encontraste solo de repente. Nadie estaba ahí para recibirte. ¿Nadie te esperaba? ¿Nadie quería verte?

Los acertijos nunca fueron lo tuyo. O peor, intentaste encariñarte con ellos sin éxito. Hoy el mundo te puso uno en frente. Trataste de escapar como solías hacer siempre, pero tus manos y tus piernas estaban paralizadas. El tiempo no iba a continuar hasta que lo resolvieras. Incómodo y asustado no te quedó otra que pensar. Y seguir pensando. Y no encontraste respuesta (por lo menos esa vez no era para asustarse). Se venía una noche larga e inusual. Tus ojos abiertos y centrados en la nada. Ideas flotando en el aire y esa voz grave en tu cabeza repitiendo una y otra vez: "¿De qué lado estás? ¿De qué lado estás? ¿¡DE QUÉ LADO ESTÁS!?"